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El hígado graso es uno de los padecimientos hepáticos más frecuentes. Llega principalmente por dos factores: el descontrolado consumo de alimentos que generan problemas de obesidad, y alcoholismo.
La esteatosis hepática, es un problema bastante común que puede ser causado por otros factores de riesgo como diabetes y colesterol alto, afectaciones a la salud que van estrechamente ligadas a la obesidad.
Los problemas del hígado son demasiado serios. Este órgano glandular es el más grande del cuerpo y representa del 2 al 5 por ciento del peso corporal. Además tiene una importante capacidad de regeneración y reserva, por lo que al sufrir algún daño el mismo órgano encuentra el camino de recuperación por su naturaleza.
Se localiza en el lado derecho de la cavidad abdominal justo debajo del diafragma, siendo en esta zona en la que un dolor ligero o agudo puede ser un signo de hígado graso si es que se es vulnerable por obesidad o alcoholismo.
Un artículo del Tecnológico de Monterrey, sustentado con los comentarios de Carlos Alberto Rodríguez Montalvo, Director del Centro de Enfermedades Hepáticas, Digestivas y Nutrición Clínica, indica los motivos de este padecimiento.
La esteatosis hepática afecta al 25 por ciento de la población mundial. En Estados Unidos es el trastorno hepático crónico más común.
Cuando el daño es persistente, extenso y severo, la destrucción paulatina de las células hepáticas, así como la acumulación de tejido fibroso, provocan que su estructura y función se alteran irreversiblemente.
En México los problemas hepáticos representan la cuarta causa de mortalidad.
Hoy tenemos un gran problema: la obesidad, lleva a algunos pacientes a desarrollar ésta enfermedad grasa del hígado. Por eso es de gran importancia la prevención y el diagnóstico temprano, ya que en muchos casos la inflamación crónica (hepatitis crónica) se puede resolver con un manejo adecuado. Cuando vemos pacientes con cirrosis y complicaciones de la misma, como insuficiencia hepática o cáncer de hígado, es demasiado tarde y la única alternativa es un trasplante; mencionó el médico Carlos Rodríguez.
El médico especialista será el encargado de dar un diagnóstico sobre este tipo de enfermedad, pero si se tiene alguna de estas dolencias es un foco rojo:
Del mismo modo, un especialista tendrá que dirigir a un paciente con un nutriólogo que dictará una dieta estricta para ayudar a combatir el problema, sin embargo, es importante mantener el consumo de productos naturales:
El hígado graso es una de las muchas enfermedades que atacan al hígado. Sin embargo, en Labbe manejamos la mejor alternativa para detectar estas enfermedades hepáticas sin necesidad de una biopsia.
Estudios de laboratorio Los pacientes con hígado graso pueden tener elevaciones leves o moderadas de la aspartato aminotransferasa (AST) y la alanina aminotransferasa (ALT) Cuando están elevados, los valores de AST y ALT suelen ser de dos a cinco veces el límite superior de lo normal, con una proporción de AST a ALT de menos de uno (a diferencia de la enfermedad del hígado graso alcohólico, que típicamente tiene una proporción mayor de dos).La fosfatasa alcalina puede elevarse de dos a tres veces el límite superior de lo normal. Los pacientes con hígado graso pueden tener una concentración sérica de ferritina elevada o una saturación de transferrina.1
Angulo P, Keach JC, Batts KP, Lindor KD. Predictores independientes de fibrosis hepática en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica. Hepatology 1999; 30: 1356